Al momento stai visualizzando El cacao como nutriente funcional: un viaje entre historia, ciencia y placer

El cacao como nutriente funcional: un viaje entre historia, ciencia y placer

Las raíces del cacao son milenarias. Se cree que las primeras plantas de cacao ya existían hace más de seis mil años en América Central. Según reconstrucciones históricas fiables, fueron los mayas quienes comenzaron a cultivarlo y consumirlo. También en la civilización azteca encontramos referencias fascinantes: según una leyenda, las semillas de cacao fueron un regalo del dios serpiente emplumada Quetzalcóatl para aliviar el esfuerzo de los hombres. De hecho, la palabra “chocolate” podría derivar del término azteca Xocoatl, que designaba una bebida amarga a base de cacao.

En las sociedades precolombinas, las semillas de cacao se usaban como moneda de cambio y en rituales sagrados. Con la llegada de los conquistadores españoles, nació el chocolate azucarado. La leyenda cuenta que el rey azteca Moctezuma ofreció a Hernán Cortés una bebida amarga de cacao que los españoles consideraron desagradable. Al añadir azúcar de caña y miel, la bebida se transformó en un manjar europeo.

En 1847, la empresa británica J.S. Fry & Sons creó la primera barra de chocolate producida en serie. Poco después, Henri Nestlé inventó el chocolate con leche. Hoy, países como Suiza, Austria y Alemania lideran el consumo mundial, mientras que Italia se sitúa entre los 2,5 y 4 kg por persona al año.

El cacao proviene del Theobroma cacao (comida de los dioses), una planta tropical originaria de los ríos Amazonas y Orinoco. Sus frutos, llamados mazorcas, contienen entre 20 y 80 semillas que, tras fermentarse, secarse, tostarse y molerse, se convierten en cacao en polvo. De ahí se derivan los distintos tipos de chocolate y el preciado manteca de cacao, muy utilizado en cosmética y farmacia.

Chocolate y salud cardiovascular

El cacao es rico en fitonutrientes con propiedades antioxidantes. Contiene hierro, cobre, magnesio, zinc y fósforo. El chocolate negro tiene 2–3 veces más flavonoides que el chocolate con leche, y el blanco no contiene ninguno. Estudios como el publicado en Nutrients (2017) muestran que el consumo moderado de chocolate puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, ictus y diabetes. Otro estudio con más de 150.000 hombres en EE.UU. sugiere que comer 30 g de chocolate cinco veces por semana puede prevenir eventos coronarios.

Chocolate y salud cerebral

Según el Journal of Alzheimer’s Disease (2016), el consumo moderado de chocolate podría reducir el riesgo de deterioro cognitivo en adultos mayores. En un estudio con 400 portugueses mayores de 65 años, quienes comían chocolate una vez por semana redujeron el riesgo en un 40 % en dos años.

Chocolate y estado de ánimo

El chocolate contiene sustancias como la anandamida (similar al efecto del cannabis) y la feniletilamina (similar a las anfetaminas), que interactúan con neurotransmisores como la dopamina, serotonina y endorfinas. Según el British Journal of Clinical Pharmacology (2013), estos efectos podrían deberse más al sabor y aroma que a los nutrientes.

En resumen, el chocolate puede ser saludable si se consume con moderación. Aunque es calórico, sus beneficios nutricionales y emocionales lo convierten en un placer funcional.